NUNCA, COMO HOY…

Nunca como hoy, el país vivió una polarización visceral, entre los candidatos en segunda vuelta. Uno de ellos, sonreirá con la banda presidencial del bicentenario.

Nunca como hoy, la segunda vuelta electoral, giró en base a dos palabras; comunismo y democracia. Con la primera de ellas, se pretendió infundir miedo y terror, sobre un modelo de gobierno que nunca existió, ni existe en el mundo. Lo que existen, son experiencias socialistas, donde cada país tiene su propia realidad, y que, jamás puede ser un calco y copia.

Nunca como hoy, los grandes intereses económicos se pusieron de manifiesto, bajo el cliché de «en defensa de la democracia». Sin embargo, quienes adoptan esta postura, guardaron silencio, cuando en los 90 la dupla Fujimori-Montesinos capturaron el Estado y sus instituciones. El PJ, MP, TC, JNE vivieron sometidos al gobernante. Felizmente el pueblo recordó ese episodio negro, para decidir su voto.

Nunca como hoy, esos mismos intereses, lo arriesgaron todo, para asegurar la victoria de su candidata, con una movilización y financiamiento, a los influencers peruanos, programas de tv,. personajes mediáticos, figuras de televisión, pero, el consumidor, de inmediato lo advirtió.

Nunca como hoy, hasta los jugadores de la selección peruana de fútbol, cayeron en las tentaciones monetarias, para vender su imagen, al mejor postor, haciendo campaña “contra el comunismo y terrorismo”, en este intento, la hinchada les puso la cruz, dándoles las espaldas. Craso error de la estrategia keikista.

Nunca como hoy, el país es testigo de una arremetida contra uno de los candidatos, por los enormes monopolios de tv y medios impresos, pero no advirtieron que las redes sociales, se encargarían de ponerle el contrapeso. Hoy, un modesto tik tok fue más efectivo que un reportaje de un programa dominical.

Nunca como hoy, un movimiento político familiar, tiene enfrentado al Perú. Porque amenazan retornar, los mismos rostros, las mismas prácticas, los mismos vicios de la década de papá Alberto y del fujimorismo reciente, cuando pulverizaron la democracia, con sus 73 congresistas. El electorado, tiene memoria y con un simple click puede acceder en internet, cómo fue su gobierno.

Nunca como hoy, una candidata, cabeza de organización, a punto de enfrentar el juicio oral, que la podría significar la cárcel por varios años, aspira convertirse en la presidenta del Perú bicentenario, cuando ese honroso cargo, debe estar reservado, para un mandatario varón o mujer, libre de manchas judiciales. Eso no sería honroso para un país, que desea barrer la corrupción, principal mal del Perú. Las nuevas generaciones, verían a la corrupción, como un valor del ser humano y eso no es así.

Nunca como hoy, políticos extranjeros pisaron suelo peruano, involucrándose en la campaña, «contra el comunismo». Eso, en cualquier parte del mundo, es un atentado contra la soberanía. Aquí se les puso alfombra.

Nunca como hoy, asistiremos confiados a las urnas, sabiendo que el Perú, dejará atrás una pesadilla electoral, cuando el clan familiar que institucionalizó los grandes males del Perú, deje el camino libre, a nuevos rostros, -seguramente con defectos- pero, ajenos a perniciosas prácticas políticas.

No es odio, tampoco resentimiento, mucho menos venganza, simplemente castigo electoral, a quienes jugaron con los destinos del Perú, en los últimos 30 años

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