Joaquín nació el 2 de octubre de 2012 en Chimbote, mediante cesárea por presentación podálica. Desde su nacimiento fue un niño muy esperado y querido por su familia. Su desarrollo físico inicial fue favorable, pero desde bebé presentó señales que despertaron la preocupación de sus padres: no emitía sonidos, tenía la mirada perdida y sonreía sin responder a estímulos como otros niños de su edad.
A los 2 años y 3 meses, tras observar diferencias significativas en su desarrollo psicomotriz y lenguaje, sus padres acudieron a un neuropediatra en Trujillo. En ese mismo periodo, su padre sufrió un grave accidente de tránsito que complicó aún más la situación familiar. Tras un tiempo de espera, Joaquín fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Aunque el diagnóstico fue un golpe emocional, su madre sintió alivio por conocer la causa y comenzó un camino de búsqueda de terapias y especialistas, aferrándose a la esperanza de que su hijo podría avanzar.
Su etapa escolar inició en una ludoteca, donde las diferencias con sus compañeros se hicieron más evidentes y enfrentaron la discriminación de otros padres. Sin embargo, su madre mantuvo su constancia y compromiso, priorizando su bienestar y desarrollo. Con el tiempo, las mismas personas que antes emitían comentarios negativos comenzaron a reconocer y aplaudir los progresos de Joaquín.
Hoy, la historia de Joaquín es una muestra de lucha familiar, fe, amor incondicional y perseverancia, con avances que desmienten los pronósticos iniciales y demuestran el poder de no rendirse.
¡Gracias Joaquín, en el Día de la Educación Inclusiva!.
Reportaje especial: Jhon Huaranga desde Huarmey, para #Prensahuaraz