DEBE INVESTIGARSE

Con mucha nostalgia, me enteré de la muerte de doña Florencia Córdova Mayhuay, cuyo cadáver fue rescatada en el río Santa, ayer domingo 13 de marzo.

En nuestra labor, le hicimos hasta 3 informes TV donde expusimos su vida.

Era un calvario.

Vivió en la más terrible orfandad, su única propiedad en el jirón Mariano Melgar, le fue arrebatada por una familiar directa, a quién -irónicamente- la cobijó, según denunció. Terminó arrinconada en una covacha de 2 metros x 2 metros y luego, impedida de ingresar a su propio terreno.

El tema de llevó al terreno judicial. Es posible que lo haya perdido, por falta de recursos.

Durante las grabaciones de su denuncia, estuvimos en el terreno, materia de conflicto, ingresamos y constatamos, pese a la obstrucción y amenazas de su familiar. Hablamos con conocimiento de causa.

Ella, se dedicaba a la venta de helados, actividad que lo dejó por la pandemia y su precario estado de salud.

Dentro de su modestia y gran corazón, cada vez que coincidíamos en la calle, nos ofrecía un helados, como un tierno gesto, por el apoyo recibido. Lo hacía seguramente, con el mejor cariño. Caminaba con su triciclo por toda la ciudad y con ella, un legajo de escritos y notificaciones judiciales, sobre su caso.

Nos refirió que su hijo, marchó a Trujillo y no volvió.

Por estas consideraciones, porque conocimos de cerca su pesadilla, nos brota un sentimiento de nostalgia.

Nos resistimos creer que haya tomado alguna medida extrema.

Descansa en paz, doña Florencia, en ese nuevo mundo, se acabaron tus sufrimientos terrenales… 

 

 

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