El adiós. Cuando el sol se despedía y dar paso al ocaso, los restos fúnebres del maestro y dirigente sindical Juan Antonio Garro Palacios, fueron enterrados en el cementerio general de Recuay. Hasta allí, se dieron cita sus compañeros de trabajo y docentes de la provincia, para darle el último adiós. Fueron varias semanas, que la familia vivió con los temores naturales desde el 13 de setiembre, donde fue trasladado a la ciudad de Trujillo.