Extraordinaria experiencia en el CEI de Villón Alto. Todos los niños deben llevar su refrigerio en las Mochilas Ecológicas, elaboradas por sus propios padres, con los bordados, el color y la figura distintiva de cada salón.
Las mochilas, deben ser de costalillo de harina y tienen múltiples objetivos, según relata la directora de esta institución educativa Consuelo Llanqui Mayhuay «Evita que algunos niños, acudan con mochillas ostentosas y «de marca». Nada de lujos y todos son iguales».
Padres, hijos y docentes interactúan en la elaboración de sus mochilas.
Fácil de llevar, muy cómodos y ocupan menos espacio en cada aula.
Son algunos componentes que tiene este proyecto que se viene llevando a cabo desde el 2017 con excelentes resultados.
«Antes del proyecto, sentíamos con pena, cómo algunos niños se sentían tristes porque sus mochilas no eran modernas, con llantas como de algunos de sus compañeros», refiere. A partir de ahí, y para romper las desigualdades, se tuvo diversas reuniones entre la Dirección y plana docente para buscar una alternativa y esa alternativa se inició desde el año 2017 con la obligatoriedad de que los niños, debieran cambiar las mochilas industriales de fábrica por el de costales de harina.
No todo fue fácil, al inicio algunos padres no aceptaron este cambio, pero también se buscaron alternativas.
Prensahuaraz visitó las aulas del CEI Villón Alto, y en efecto, en cada una de las aulas, los niños llevan sus mochilas ecológicas de material rehuasable. Son muy prácticas, cómodas, no ocupan mucho espacio y sobre todo, en este proyecto de las mochilas ecológicas fueron involucrados los padres.
Las mochilas ecológicas se ven bastante simples, -y de hecho que lo son-, pero tienen varios componentes que lo convierten en un proyecto que puede muy bien replicarse. Ayudan no solo al niño, sino también a la familia, a comprometerse con la labor docente. Cada aula, ya sea de tres, cuatro o cinco años, tiene su especial distintivo y cada Mochila lleva el nombre del niño y un simpático personaje.
En cada uno de sus ambientes, encontramos mochilas colgadas de la silla de cada alumnito. Aquí ninguno de ellos, puede llevar mochilas aparentemente “de marca” todos son iguales, al menos en este tema. Los chicos son formados bajo una conciencia ecológica. Quienes también validan este proyecto, son las docentes, quién más que ellas, para expresar las bondades del proyecto. La UGEL Huaraz tomó conocimiento de esta experiencia y busca replicarlo en toda la provincia.
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